miércoles, agosto 29, 2007

La CCI llama a votar a favor de ley contra discriminación

Muy apreciados Sres. y Sras integrantes del Senado:

La Confraternidad Cristiana de Iglesias (CCI), con el apoyo del Servicio Evangélico para el Desarrollo (SEPADE), ha seguido con mucho interés el proceso de discusión del Proyecto del Ley contra la Discriminación que será votado en la Sala del Senado el próximo 29 de Agosto, participando en varias instancias de diálogo con diversas organizaciones de la sociedad civil.

En este contexto, tomamos conocimiento de que en un encuentro entre pastores evangélicos y parlamentarios de la IX Región, se expresaron aprehensiones de que esta ley pudiera coartar la libertad de las iglesias evangélicas para expresar públicamente sus enseñanzas, por ejemplo, respecto a la sexualidad y el matrimonio. (Vea noticia publicada el 4 de marzo de 2007)).

Tomando en cuenta esta información, hemos propiciado un proceso de diálogo sobre el proyecto de ley con la Mesa Ampliada de Organizaciones Evangélicas, y otros grupos de pastores. A partir de este proceso, hemos podido constatar que:

La mayor parte del liderazgo evangélico considera que si se aprueba el proyecto, los diversos grupos discriminados en la sociedad chilena, entre los que se cuenta el propio pueblo evangélico, contarán con una herramienta eficaz para prevenir o corregir las frecuentes acciones discriminatorias de que son objeto en nuestro país. Por lo tanto, manifiestan su apoyo a esta iniciativa legal.

Un sector del liderazgo evangélico, a partir de informaciones acerca del efecto que leyes similares habrían tenido en otros países, manifiesta el temor de que una ley de este tipo implique restricciones a la libertad de predicación y enseñanza pública de las iglesias, particularmente en lo que se refiere a la doctrina sobre el pecado. Este grupo también se declara contrario a toda discriminación arbitraria, pero necesita tener la seguridad de que el texto de la ley sancionará acciones u omisiones discriminatorias, pero no así creencias o doctrinas, es decir, no afectará la libertad de pensamiento. De igual manera, desea contar con la seguridad de que aquellas distinciones o diferencias que se establecen en el orden interno (Estatutos, Reglamentos o Códigos) de las organizaciones religiosas (por ejemplo, en los casos en que el ministerio ordenado se restringe a varones; o de los requisitos requeridos para recibir la bendición del matrimonio, etc.), en ningún caso podrían ser consideradas como distinciones “arbitrarias”.

Teniendo la convicción de que el texto del Proyecto de Ley que será votado la próxima semana contiene efectivamente estas garantías, queremos invitarles explícitamente a votar en favor de esta iniciativa legal, cuyo efecto, creemos, será fundamentalmente preventivo.
Aunque siempre existirá la posibilidad de que algunas personas o grupos intenten usar la ley en el sentido que preocupa a algunos de nuestros hermanos, son muchos más los beneficios que esta ley traerá a todas las personas y grupos que son objeto de discriminación, y específicamente a un pueblo evangélico que con frecuencia ha experimentado un trato de “ciudadanos de segunda clase”, como lo expresan muchos testimonios.